A pesar de las diversas conquistas de nuestra lucha como Pueblos Indígenas de Brasil, las amenazas de nuestros derechos, dignidad y protección de nuestras culturas y territorios continúan, con nuevas formas y bajo un nuevo impulso.
¡Decidimos no morir!
La pandemia y la posición anti-indígena del gobierno anterior de Jair Bolsonaro nos forzaron a movilizarnos de forma intensiva para resistir frente a la amenaza de un nuevo genocidio indígena.
Ahora, en 2023, retomamos nuestra campaña Emergencia Indígena, ya que aquella amenaza ¡nunca fue “solo un virus”! Estamos sufriendo en nuestro día a día el racismo enraizado en la sociedad y en las estructuras del Estado.
Invasiones, asesinatos, amenazas, criminalización de líderes, violaciones de nuestros derechos, etc. Situaciones derivadas de la colonización, de la monarquía y del autoritarismo característico de la dictadura militar nunca dejaron de amenazar a los Pueblos Indígenas.
Nos urge levantar la voz también frente a las violencias y asesinatos de mujeres indígenas y personas LGBTQIAP+ también indígenas.
El proyecto genocida contra nuestros pueblos y el robo de nuestros territorios ancestrales, junto con nuestras riquezas naturales, continúan suponiendo un gran riesgo para nuestras vidas, culturas y para todo el planeta.
¡Decidimos no morir!
La pandemia y la posición anti-indígena del gobierno anterior de Jair Bolsonaro nos forzaron a movilizarnos de forma intensiva para resistir frente a la amenaza de un nuevo genocidio indígena.
Ahora, en 2023, retomamos nuestra campaña Emergencia Indígena, ya que aquella amenaza ¡nunca fue “solo un virus”! Estamos sufriendo en nuestro día a día el racismo enraizado en la sociedad y en las estructuras del Estado.
Invasiones, asesinatos, amenazas, criminalización de líderes, violaciones de nuestros derechos, etc. Situaciones derivadas de la colonización, de la monarquía y del autoritarismo característico de la dictadura militar nunca dejaron de amenazar a los Pueblos Indígenas.
Nos urge levantar la voz también frente a las violencias y asesinatos de mujeres indígenas y personas LGBTQIAP+ también indígenas.
El proyecto genocida contra nuestros pueblos y el robo de nuestros territorios ancestrales, junto con nuestras riquezas naturales, continúan suponiendo un gran riesgo para nuestras vidas, culturas y para todo el planeta.
¡Los derechos no se negocian!
Propuestas legislativas como el Proyecto de Ley (PL) 2903 o la Propuesta de modificación de la Constitución (PEC) 48 que incluyen la tesis del Marco Temporal, el PL 191 de la minería, la PEC 59 y los intentos de conformar una Comisión Parlamentaria de Investigación (CPI) sobre la demarcación de Tierras Indígenas son ejemplos concretos de un genocidio legislado.
La agenda política anti-indígena en el Congreso Nacional está dominada por los parlamentarios que actúan en defensa de los intereses de los latifundiarios e invasores de nuestras Tierras.
Enfatizamos que el frente parlamentar de la agropecuaria y el de la minería son espacios creados para legalizar nuestro genocidio.
El Marco-Tráfico, -es decir la estructura de ilegalidad creada a partir de la propuesta de la tesis del Marco Temporal tras la aprobación agilizada en el Senado a pesar de que la Corte Suprema había juzgado la medida como inconstitucional- es el claro reflejo del juego de favores que está permeando la estructura de los tres poderes de la República de Brasil, incluyendo al Ejecutivo, Legislativo y Judicial. En este contexto, los derechos indígenas se han convertido en una moneda de cambio.
Desde 2016, el Estado Democrático de Derecho está siendo desmontado.
Primero el golpe político, jurídico, mediático sobre la presidenta Dilma Rousseff, después el gobierno de Michel Temer, seguido de la ascensión y derrota electoral del bolsonarismo.
Ahora, la derecha tradicional y el bolsonarismo consolidan dentro del Congreso una fortaleza para desafiar a los poderes Ejecutivo y Judicial, defendiendo leyes inconstitucionales para favorecer sus propios intereses económicos.
¡Los derechos no se negocian!
Propuestas legislativas como el Proyecto de Ley (PL) 2903 o la Propuesta de modificación de la Constitución (PEC) 48 que incluyen la tesis del Marco Temporal, el PL 191 de la minería, la PEC 59 y los intentos de conformar una Comisión Parlamentaria de Investigación (CPI) sobre la demarcación de Tierras Indígenas son ejemplos concretos de un genocidio legislado.
La agenda política anti-indígena en el Congreso Nacional está dominada por los parlamentarios que actúan en defensa de los intereses de los latifundiarios e invasores de nuestras Tierras.
Enfatizamos que el frente parlamentar de la agropecuaria y el de la minería son espacios creados para legalizar nuestro genocidio.
El Marco-Tráfico, -es decir la estructura de ilegalidad creada a partir de la propuesta de la tesis del Marco Temporal tras la aprobación agilizada en el Senado a pesar de que la Corte Suprema había juzgado la medida como inconstitucional- es el claro reflejo del juego de favores que está permeando la estructura de los tres poderes de la República de Brasil, incluyendo al Ejecutivo, Legislativo y Judicial. En este contexto, los derechos indígenas se han convertido en una moneda de cambio.
Desde 2016, el Estado Democrático de Derecho está siendo desmontado.
Primero el golpe político, jurídico, mediático sobre la presidenta Dilma Rousseff, después el gobierno de Michel Temer, seguido de la ascensión y derrota electoral del bolsonarismo.
Ahora, la derecha tradicional y el bolsonarismo consolidan dentro del Congreso una fortaleza para desafiar a los poderes Ejecutivo y Judicial, defendiendo leyes inconstitucionales para favorecer sus propios intereses económicos.
Dinámicas de Poder
La presión ejercida por quienes defienden sus intereses financieros provoca un fuerte aumento de los conflictos territoriales, violencias y violaciones, así como racismo, criminalización y asesinatos.
Por eso, reiteramos, no fue solo el virus de la Covid-19, ni nunca fue solo sobre eso. El gobierno cambió, pero ¡las amenazas continúan!
La elección del actual presidente Luiz Inácio Lula da Silva fue una conquista colectiva pero reforzó alianzas con sectores económicos y políticos conservadores y anti-indígenas.
En el Congreso Nacional brasileño continúa habiendo una mayoría de parlamentarios patrocinados por el agronegocio dispuestos a embestir contra los derechos indígenas.
Los lobbies brasileños agropecuario, armamentístico y evangélico, lo que se conoce como las bancadas o agrupaciones de parlamentarios de la triple B -buey, bala y Biblia- representan ¡una amenaza directa para nuestras vidas!
La mayoría de Gobiernos locales, de Estados o municipios, continúan estando en manos de políticos conservadores y anti-indígenas.
Políticos brasileños, representantes en el Congreso Nacional y en el poder Ejecutivo, poseen 96 mil hectáreas de tierras que están sobrepuestas a Tierras Indígenas.
Dinámicas de Poder
La presión ejercida por quienes defienden sus intereses financieros provoca un fuerte aumento de los conflictos territoriales, violencias y violaciones, así como racismo, criminalización y asesinatos.
Por eso, reiteramos, no fue solo el virus de la Covid-19, ni nunca fue solo sobre eso. El gobierno cambió, pero ¡las amenazas continúan!
La elección del actual presidente Luiz Inácio Lula da Silva fue una conquista colectiva pero reforzó alianzas con sectores económicos y políticos conservadores y anti-indígenas.
En el Congreso Nacional brasileño continúa habiendo una mayoría de parlamentarios patrocinados por el agronegocio dispuestos a embestir contra los derechos indígenas.
Los lobbies brasileños agropecuario, armamentístico y evangélico, lo que se conoce como las bancadas o agrupaciones de parlamentarios de la triple B -buey, bala y Biblia- representan ¡una amenaza directa para nuestras vidas!
La mayoría de Gobiernos locales, de Estados o municipios, continúan estando en manos de políticos conservadores y anti-indígenas.
Políticos brasileños, representantes en el Congreso Nacional y en el poder Ejecutivo, poseen 96 mil hectáreas de tierras que están sobrepuestas a Tierras Indígenas.
Necesitamos visibilizar las dinámicas de poder que violan nuestros derechos diariamente.
Es de extrema importancia contribuir con la información, el fortalecimiento y la articulación de las bases del movimiento para una movilización indígena permanente en defensa de nuestras vidas, culturas, territorios y derechos.
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